sábado, 18 de agosto de 2007

El Gobierno refuerza la seguridad en busca de detener el caos en el sur

García aseguró que se restablecerá el orden "cueste lo que cueste", pero descartó el 'toque de queda'. Un hospital de Chincha fue asaltado en la madrugada y se llevaron equipos y medicinas.

El ministro de Defensa, Allan Wagner, anunció hoy que 600 militares de sumarán a los 400 que ya están en Ica, Pisco y Chincha - las tres ciudades devastadas por el terremoto del miércoles -, mientras que el director general de la Policía, David Rodríguez, precisó que los más de 600 efectivos que resguardan estas zonas ya están recibiendo más refuerzos.

"Estamos hoy día duplicando el número de las Fuerzas Armadas (en la zona de desastre), esperamos llegar al final de la tarde al número de mil efectivos", dijo el ministro en Pisco, tras los saqueos y el caos que agravaron en la víspera el drama en diversas zonas del sur afectadas por el potente movimiento telúrico que, hasta el momento, deja 650 muertos y 1,200 heridos, debido a la insuficiente ayuda y la falta de agua, alimentos y medicinas para los damnificados.

El presidente Alan García, ante esta delicada situación, señaló que se restablecerá el orden en las zonas que sufren actos de pillaje y descartó la posibilidad de que entre vigencia un "toque de queda" por la inseguridad, porque - dijo - "la población colabora" con las acciones que viene implementando el Ejecutivo para paliar la situación de los damnificados.

"Vamos a establecer el orden de manera enérgica con la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. Mi obligación es poner orden y orden vamos a poner hoy día, cueste lo que cueste", dijo enfático el jefe de Estado en el Grupo Aéreo Nº 8, antes de partir a la localidad de Chincha para continuar su recorrido por las zonas del desastre.

Precisó que para reforzar la seguridad en las carreteras se han enviando 30 patrulleros más que vigilarán el tramo entre Cañete y Chincha, en busca de parar los saqueos de los que son víctimas estas unidades que salen de la capital con ayuda humanitaria.

En tanto, la inseguridad continúa. Un hospital de Chincha fue asaltado por un grupo de delincuentes durante la madrugada aprovechando la falta de energía eléctrica y se llevaron equipos y medicinas. El incidente dejó un herido de bala. Además, algunos damnificados continuaron bloqueando el paso de camiones con alimentos, frazadas y agua para apoderarse a la fuerza de la ayuda.

La agencia Reuters recogió el testimonio de Reyna Macedo, de 60 años, una de las miles de afectadas del desastre. "No puedo mentir. Pasan los camiones con ayuda y la misma angustia de ver que pasan y no nos dejan nada, ha hecho que los paremos y saquemos las cosas", dijo.

APURAN BÚSQUEDA. En tanto, desde tempranas horas rescatistas peruanos y españoles, apoyados por la Policía, trabajan en diversas zonas removiendo escombros. También recorren los lugares afectados ocho perros entrenados para olfatear sobrevivientes. Esto ante el temor de que comiencen a descomponerse los cuerpos y puedan provocar epidemias.

En la iglesia de San Clemente, donde fue rescatado sano y salvo un sacerdote que oficiaba una misa de difunto cuando comenzó el temblor, fueron rescatados 120 cadáveres, señaló el Indeci.

Fuente: Peru21