
La negativa de la bancada demócrata a aprobar más dinero para la guerra a menos de que el presidente George W. Bush presente un cronograma para la retirada militar provoca crispación entre ambos poderes.
Ante tal situación, el secretario de la Defensa, Robert Gates, exhortó al Capitolio a aprobar el dinero para el conflicto o de lo contrario, dijo, se verá obligado a despedir a miles de funcionarios de ese departamento con el fin de destinar el dinero a la campaña bélica.
Según Gates, entre 100 mil funcionarios y una cifra igual de contratistas de esa secretaría podrían quedar vacantes a principios del próximo año.
La Cámara de Representantes aprobó esta semana un proyecto que limita los fondos para el ejército al otorgar 50 mil millones de dólares para los conflictos en Iraq y Afganistán, 146 mil millones menos de lo solicitado por el Ejecutivo.
Además prevé el retiro de los soldados de esa nación del Golfo Pérsico en un año.
En mayo pasado, una factura similar fue impugnada por la Oficina Oval y los demócratas se quedaron cortos de votos para neutralizar el veto de la rama ejecutiva.
Diversos medios de comunicación consideran que el nuevo plan está destinado al fracaso, ante la imposibilidad de conseguir los dos tercios necesarios en ambas cámaras para derrotar el veto.
A esta situación se suma el diferendo entre la administración Bush y el Congreso.
En un intento por rebajar la tensión, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, anunció la víspera que estaban dispuestos a reducir a la mitad los 22 mil millones de dólares pedidos para gastos domésticos adicionales.
Sin embargo, advirtió que el resto sería obtenido de la solicitud de gasto del mandatario.
Fuente: www.prensalatina.com.mx