miércoles, 10 de diciembre de 2008

Casa Blanca y demócratas acuerdan plan de ayudas, pero republicanos se oponen

La Casa Blanca y los demócratas en el Congreso llegaron a un acuerdo para proporcionar 14.000 millones de dólares en ayuda a GM y Chrysler, pero el dinero puede que no llegue a los fabricantes ante la oposición republicana.

Ford, que cuenta con más liquidez que sus rivales, aguantará de momento sin solicitar un salvavidas a Washington, aunque podría acogerse en el futuro.

El senador republicano por Luisiana, David Vitter, uno de los más opuestos al acuerdo, calificó de ilógico el proyecto de ley.

"Nuestra reacción es bastante sencilla. Creo que el estadounidense medio diría: '¿Qué? ¿No es eso poner la carreta antes que el caballo?'", dijo Vitter.

El senador añadió: "¿14.000 millones de dólares y después, cuando ya ha salido, veremos un plan de reestructuración detallado?" y terminó advirtiendo: "utilizaré cualquier procedimiento disponible para exigir un proceso de enmiendas en el Senado y para retrasar y bloquear la medida".

Tal y como están las cosas ahora mismo, el Senado puede bloquear la aprobación del proyecto de ley ya que se necesitan 60 votos para seguir con su tramitación y los demócratas sólo cuenta con 50 senadores.

Además, algunos legisladores demócratas también expresaron sus dudas sobre la iniciativa.

Los demócratas tenían en principio pensado votar hoy en la Cámara de Representantes el proyecto de ley, pero la incertidumbre sobre su aprobación por el Senado ha dejado de momento la iniciativa legislativa en el limbo.

De los 14.000 millones de dólares en ayudas acordado por los demócratas y la Casa Blanca, 10.000 millones irán a parar a General Motors, mientras que los 4.000 restantes serán recibidos por Chrysler.

General Motors necesita 4.000 millones de dólares para terminar el año y otros 6.000 millones para el primer trimestre del 2009.

Por su parte, Chrysler ha señalado que necesitará 4.000 millones de dólares para cubrir sus operaciones durante los tres primeros meses del 2009.

Según señaló la cadena de televisión CNN, el proyecto de ley establece un estricto control sobre las compañías automovilísticas que acepten el dinero público.

Por ejemplo, los salarios de los directivos de las empresas estarán limitados y se prohibirán las generosas compensaciones que reciben en caso de terminación de contratos.

Además, GM y Chrysler tendrán que eliminar su flota de reactores corporativos y no pagarán dividendos mientras los préstamos no hayan sigo cancelados.

El proyecto de ley también establece el nombramiento de un "zar" que supervisará la reestructuración de las empresas y que puede obligar a la devolución de los préstamos si no cumplen con los planes, lo que las llevaría a declararse en suspensión de pagos.

El "zar", cuyo nombramiento ha sido defendido por el presidente electo Barack Obama, tendría que tener en su posesión antes del 31 de marzo los planes detallados de reestructuración, y podría vetar cualquier decisión.

En principio, la persona que ejercería como "zar" del automóvil sería nombrado por la administración del presidente George W. Bush con el acuerdo de Obama.

Pero, los demócratas aceptaron retirar del proyecto de ley la obligación de que los fabricantes quiten las demandas que tienen interpuestas contra algunos estados para que eliminen los estrictos límites de emisiones que según las empresas les costarán centenares de millones de dólares.

El acuerdo con la Casa Blanca también ha sido posible porque los 14.000 millones de dólares procederán de un fondo establecido con anterioridad para que las empresas renueven sus factorías y produzcan automóviles más ecológicos.

Gracias a estas concesiones, la administración Bush está dispuesta a intentar convencer a los senadores republicanos para que apoyen el plan.

EFE