La crisis del gas se agudizó este martes, después de que Ucrania bloquease el suministro de gas ruso a una Europa muerta de frío poco después de haber sido reanudado por Moscú, llevando a la Unión Europa a manifestar su hartazgo por una situación "inaceptable".
La empresa nacional ucraniana Naftogaz admitió este martes haber bloqueado el gas ruso destinado a Europa por las "condiciones de tránsito inaceptables" impuestas por el grupo ruso Gazprom, declaró a la AFP el portavoz de la empresa pública de hidrocarburos Naftogaz, Valentin Zemlianski. "El gas ruso destinado a Europa no pasa por el sistema ucraniano de gasoductos debido a las condiciones de tránsito inaceptables impuestas por Gazprom", señaló Zemlianski sin dar más detalles.
Minutos antes, el número dos de Gazprom, Alexandre Medvedev, había denunciado que Ucrania impedía el flujo del gas hacia Europa, poco después del anuncio de la reanudación parcial del suministro de su hidrocarburo destinado a los europeos. "Por la mañana, Gazprom empezó a poner en marcha el plan de restablecimiento de los suministros de gas a Europa". Sin embargo, "Ucrania bloqueó todas nuestras acciones para reanudar el tránsito de gas hacia Europa", denunció Medvedev, citado por la agencia rusa Itar-Tass. El número dos de Gazprom fue más lejos al añadir que, "los ucranianos, cínicamente, nos informaron de que el sistema de transporte del gas había sido reorientado hacia el consumo doméstico".
La televisión pública ucraniana mostró imágenes desde Sudzha, una terminal del gasoducto entre Rusia y Ucrania, en las que el responsable local Alexei Fyodorov decía: "Ucrania no está tomando gas".
Poco después, una portavoz de la Comisión Europea anunció desde Bruselas que "muy poco o ningún gas transita actualmente" hacia Europa. "La información que tenemos de nuestros observadores es que muy poco o ningún gas transita actualmente", señaló la portavoz Pia Ahrenkilde Hansen, al precisar que "la situación es muy seria" e "inaceptable".
Asimismo, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, llamó por teléfono este martes al primer ministro ruso, Vladimir Putin, para expresarle "la decepción de la UE" ante la situación. El sistema de gasoductos ucranianos "está cerrado", le respondió Putin, según un comunicado del gobierno de Moscú.
La situación, sin embargo, había presentado signos de esperanza este martes por la mañana, cuando Gazprom reanudó parcialmente el bombeo de gas a Europa a través de Ucrania hacia las 08H00. Esa reanudación llegaba después del acuerdo firmado el lunes entre Moscú, Kiev y la Unión Europea sobre el despliegue de observadores para controlar el tránsito del gas, la condición pedida por Rusia y a la que Ucrania había dado su aprobación.
En este contexto, los europeos creían que ya iban a recibir el gas ruso, pese a que Moscú y Kiev mantenían su desacuerdo sobre quién debía suministrar el gas técnico, es decir, los 21 millones de m3 diarios necesarios para que los gasoductos ucranianos empezasen a funcionar correctamente. Esta era una de las diferencias que rusos y ucranianos siguen manteniendo en su "guerra del gas" por la falta de acuerdo sobre el precio del hidrocarburo ruso para Ucrania en los próximos contratos.
Ese desacuerdo llevó a Moscú a cortar el abastecimiento a Ucrania el 1 de enero. Los rusos acusaron a los ucranianos de robar el gas destinado a Europa que transita por su territorio y, para evitarlo, decidieron cortar los suministros a los europeos.
El gas ruso representa un cuarto del hidrocarburo que consume la UE. El 80% del mismo transita a través de Ucrania, de forma que el corte de ese suminsitro, en plena ola de frío, ha conllevado daños económicos muy importantes para Europa, sobre todo para Eslovaquia y Bulgaria, que dependen totalmente del gas ruso para cubrir sus necesidades.
En el plano de política interior ucraniana, la oposición prorrusa pidió este martes la dimisión del presidente, Viktor Yushenko, y de la primera ministra, Yulia Timochenko.
Gazprom, por su parte, dio a entender que Estados Unidos está jugando un papel en la crisis del gas que perturba a Europa ya que influye en Ucrania, con quien firmó un acuerdo estratégico en diciembre de 2008.
AFP